lunes, 17 de mayo de 2010

Siempre hay días malos...

Puedo levantarme cantando por la mañana muy temprano aunque hagan 0º, sea día lunes, esté lloviendo y tenga que salir, aunque el perrito de la vecina no me haya dejado dormir. Sí, puedo y a veces me lo pongo como consigna y hasta es un "deber" por lo menos si el día no pinta bueno.
Mi abuela decía que a mal tiempo buena cara y bue... a veces no tenemos ganas de las buenas caras y los días son de malos a peores, pero supongo que hay que hacer el intento porque ¿qué gano con estar de mal humor todo un día? NADA. Absolutamente nada.
Yo siempre digo que me levanto alegre y de buen humor pero lo que lo arruina no es el día, es la gente. Pero vivimos en sociedad y gente hay por todos lados y yo vivo con gente y como lo de vivir en el medio de la montaña con 2 vacas, 1 oveja y unas cuantas gallinas no va con mi personalidad sociable, me aguanto a la gente y me aguanto las ganas de decirle todo lo que pienso en el momento para evitar discusiones innecesarias. No es que nunca lo haya hecho y con eso metido la pata, pero... en fin.
Siempre hay días malos en donde las cosas no salen como prevemos, los asuntos pendientes siguen pendientes por más que queramos actualizarlos, las soluciones a los problemas no siempre aparecen en el momento y hasta los días se congelan en esa rutina que odiamos, pero muy en el fondo se que el día no va a cambiar si yo no lo hago y antes de acostarme por lo menos hago el intento de poner buena cara, para quien? Para que? Para mí y por mi.

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