viernes, 9 de abril de 2010

Sissy


Es el nombre que le puse a mi gatita por la película “Sissy Emperatriz”, una de mis películas preferidas. Pero nunca me gustaron los gatos, era de las personas que veía uno y empezaba a estornudar pensando que era alérgica a esos bichos orejudos y peludos, hasta que un día hace casi 5 años atrás, cuando mi papá sacaba el auto escuché un“miau” y me encontré con una bolsa donde había una bolita de pelo blanca que no paraba de maullar.
Mi mamá re – bichera decidió meterla en casa y darle un poco de leche. Ese mismo día fui a una veterinaria en el barrio para dejarla ahí. La veterinaria me dijo que no tenía lugar y que es muy difícil que alguien quiera adoptar a gatitos ya que prefieren perritos. También me dijo que era una gatita, que tenía unos 45 días; que me la llevara y le dejé mi número para cuando apareciera algún interesado.
Volví a mi casa con un poco de alimento para gatos cachorros y un talco desparasitador.
Al otro día, mientras jugaba con la gatita sonó el teléfono: era una señora que llamaba porque se había enterado que regalábamos a una gatita, mientras acariciaba a la gatita le dije a la señora que ya la habíamos regalado y colgué. Alcé a la gata y le dije que si se portaba bien se quedaba y que su nombre a partir de ese momento iba a ser Sissy.
Así es como Sissy se convirtió en mi amiga y compañera de todos mis días y sobre todo de mis noches, ya que dormía a los pies de mi cama, mientras estudiaba y veía tele.
Me despertaba todas las mañanas a las 6.00 am para jugar y cuando me tapaba la cabeza para que no me molestara, ella se acercaba sigilosamente y maullaba con todas sus fuerzas en mi oído hasta que me levantaba y le abría la ventana y lo hizo hasta el último día que viví en mi casa.
Ahora ya hace un par de años que me casé y me fui de casa y todavía por las noches me parece sentirla acomodándose en mis pies para dormir y más de una vez he dicho en voz alta en mitad de la noche ¡Sissy bajate! Y me he despertado sonriendo con amargura por su ausencia. Muchas personas me han preguntado porqué no me la llevé y a todos les contesté que mi pequeña Sissy está acostumbrada a los tejados de mi antigua casa, las madrugadas en la ventana de mi habitación (ex - habitación), las siestas bajo los jazmines del jardín y los desayunos con mimos de mis padres.
Pero aunque no vive conmigo, la visito muy a menudo durante la semana y los fines de semana, hasta mis hermanos han llegado a pensar que voy más seguido a la casa por la gata que por ellos y sin ofender chicos, Sissy es una buena razón para tomarse un trole y luego esperar durante 30 minutos más el colectivo que me lleva al barrio que tarda casi 1 hora en llegar y así poder jugar con ella. Ahora entiendo aquello de: “Si no te gustan los gatos es porque nunca has tenido uno”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En mi caso soy más amante de los perros que de los gatos, pero igualmente te entiendo perfectatmente lo que decis respecto a extrañarlos.
Me encanto!
PD: Hermosa tu gatita.